viernes, enero 29, 2010

DE CAJERAS DIVERTIDAS.



A veces la cola del super es larga y tediosa. Para evitar ponerme nerviosa o entrar en el círculo vicioso de criticar junto a otros/as compañeros/as de espera la lentitud con la que funcionan algunas cajeras, lo que hago es observarlas y así ha sido como he llegado a tener mis preferidas y otras que no lo son tanto.

En concreto, hay una muy especial que nos lleva a todos/as rectos/as como un palo. Se llama Rosibel, y cada día tiene un tema de conversación. Por ejemplo, si el día es especialmente frío, su conversación gira en torno al tiempo y siempre dice lo mismo:

-"¡Aquí caeremos enfermas!. Con esta puerta que no hace más que abrirse y cerrarse. ¡Es que estoy helada!. ¡A esto no hay derecho!."

Si tiene suerte y alguna le seguimos el rollo, nos cuenta otra vez lo mal que está, el frío que tiene y la penosidad de sus condiciones laborales. Yo, como me hace mucha gracia, la apoyo siempre en todas sus rebeldías con causa o sin.

Otra cosa que le cabrea es que las clientas cojan más bolsas de las necesarias. Así que a mí me adora, la tengo encantada porque siempre llevo mi bolsa de tela, y apoya mi causa totalmente y bien alto para que el resto del mundo que viene detrás de mí en la cola tenga en cuenta que si van con bolsa de tela mejor que mejor.

Ayer y hoy estaba cabreada con las clientas porque dice que utilizamos la caja del super para cambiar dinero, y nos pega unos rapapolvos de padre y señor mío como le paguemos una compra de pocos euros con un billete de 50. A mí me tocó ayer, y le tuve que enseñar el monedero para que le quedara claro que sólo llevaba un billete de 50 y no la estaba engañando. Mientras que hoy, ha sido víctima la chica que iba delante de mí. La conversación ha sido así:

Cajera: "Son 3.30 euros."
Clienta: (Le da un billete de 50 en el más absoluto de los silencios).
Cajera:(Escandalizada), "¿no tienes los tres euros?."
Clienta: (rebuscando en su monedero), "no."
Cajera: "Uy, pues mira, me haces una desgraciada, porque me dejas sin cambio. Claro, es que venís a cambiar aquí y esto no es el banco. Mira como está la cosa que no sé si voy a poder devolverte. Es que ¡a esto no hay derecho!, que por tres euros me hagais esta faena"

Finalmente le devuelve el cambio. La clienta sigue muda. Me toca el turno a mí.

Cajera: "Es que de verdad, oye, me enfado con toda la razón, porque hay muy mala educación. ¿Tú te crees que por tres euros me hace cambiarla un billete de 50?...es que se creen que esto es el banco."
Yo: "Ya veo, ya..."
Cajera: "Pero ellas no protestan cuando se lo digo, no se me rebelan, ¿por qué?, porque saben que les digo la verdad, que vienen a cambiar aquí en vez de al banco. Si supieran que tienen razón se me rebelarían."

Me moría de la risa y mientras guardaba las cosas en la bolsa la ha emprendido con el siguiente cliente que no sé que demonios le ha dicho que allí se ha quedado riñéndole...

- "Porque nosotras somos seres racionales, somos personas, y ya no estamos en la época de Franco, que falta mucha educación...y si no le gusta la igualdad ese no es mi problema..."

Como vereis, bajar a hacer la compra es toda una odisea, sobre todo si no hay otra cajera y ese día tienes la "mala suerte" de llevar sólo un billete de 50 en el bolsillo, rapapolvo asegurado.

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